Hola, soy Marta de Celis. Soy fisioterapeuta y una semana más te cuento algo.

Bienvenida o bienvenido a tu primera sesión de Fisioterapia para tratar la debilidad de tu suelo pélvico, la falta de conciencia perineal o incluso disfunciones sexuales. Esto que te cuento te vale tanto si eres hombre o mujer, ya que sólo te voy a decir cómo contraer tu suelo pélvico. Y suelo pélvico tenemos todos.

Antes de empezar cualquier taller, sesión o curso de ejercicios de suelo pélvico es necesario asegurarse de que tenemos perfectamente localizado nuestra musculatura perineal. Y eso es lo que vamos a hacer a continuación.

Está claro que si yo te tuviera en frente, te haría una serie de preguntas, realizaríamos una valoración de tu musculatura y estableceríamos un plan de tratamiento. Esto que  muestro es la puesta en marcha desde cero.

¿Haces la primera sesión conmigo? Empezamos.

Lo primero que tienes que saber para entrenar tu suelo pélvico es saber dónde está y cómo activarlo.

Te voy a dar una serie de órdenes que te pido que las sigas. Sí, ahora. En este momento. No necesitas nada. Será muy fácil y rápido. Esto no es un entrenamiento ni un protocolo para tratar nada. Aquí lo que vas a aprender a localizar y sentir.

Siéntate. En una silla o una superficie más o menos firme.

Quiero que te sientes sobre “las posaderas”, es decir, sobre tus isquiones.

Bien, sé consciente de que en ningún momento te quedas sin respirar. Es importante que tengas un ritmo de respiración cómodo y constante. Cuando te pida la contracción de tu suelo pélvico y demás órdenes, puedes olvidarte.

Elóngate. Es decir, crece y haz tu abdomen largo. Es muy importante que matengas esta postura para la activación de la faja abdominal y de tu suelo pélvico.

Vale, ahora focaliza tu atención en la región perineal. La contracción de tu suelo pélvico se produce cuando intentas que no se escape un gas. Reproduce ese gesto durante un segundo. Imagina que tienes un gas y evitas que salga.

Acuérdate, no dejes de respirar. Suelta. Vuelve a contraer. Suelta. Contrae.

Fíjate que se produce un cierre y elevación de esfínteres, es decir, de uretra, vagina y ano. Puede asemejarse a que no quisieras dejar salir un tampón.

Estás contrayendo tu suelo pélvico.

Tu musculatura debe “ascender”. Quédate con esa sensación. Tiene que ser una contracción muy localizada. No hace falta que hagas mucha fuerza, solo que mandes la orden al sitio concreto.

La repetición de la contracción nunca ha de ser molesta.

Centra tu atención en la zona que únicamente se debe contraer. No añadas contracción de tus muslos o glúteos. Este gesto sólo lo debes notar tú. Debe ser imperceptible al resto.

¿Has sido capaz? ¿Sí? ¡Perfecto! Si no, sigue intentándolo, lo lograrás seguro.

Ahora a practicar y a integrar ese gesto que, para muchos y muchas, puede ser “nuevo”.

Quédate con que esto no es lo único que debes tener en cuenta para prevenir o tratar disfunciones como la incontinencia o el prolapso. Lo ideal es que un Fisioterapeuta especializado en persona te enseñe y te corrija. A partir de ahí podrá pautarte qué necesitas para llegar a tu objetivo.

Esto es el paso uno que te valdrá para empezar a saber qué hacer.

Te invito a que me sigas ya que en publicaciones siguientes iremos avanzando en este tema para que tú desde tu casa puedas iniciar tu camino hacia el cuidado de tu suelo pélvico.

Recuerda que puedes si sabes cómo.

Espero que te haya servido de ayuda y hasta el próximo post. Nos leemos.[/column]

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