Hace mucho que no te cuento nada por aquí. Y hoy poco te voy a hablar de Suelo Pélvico.

Antes de todo, deseo que estés bien, dentro de las circunstancias que nos rodean.


Recuerdo…

Cuando por aquel 12 de marzo decidí parar mi actividad, no pensé que fuera a ser más de 15 días.

Intenté tomármelo como un tiempo de «vacaciones», de reset, para dedicarme a otras cosas. Tenía planes de estudiar, organizar nuevas clases, reevaluar tratamientos, limpiar la casa, ver series…

Pero como podéis imaginar, todo se fue precipitando horas y días después. Lo que veíamos por televisión era aterrador y no era el momento de pensar en una normalidad.

Había mucha gente sufriendo y tocaba ser responsables.

No podía garantizar las medidas de protección para vosotros ni para mí. Y había que quedarse en casa.

 


Así lo lleve

No sé tú, pero yo pasé por todos los estados mentales. Este maldito virus me descolocó.

En un mismo día estaba genial, tranquila, entretenida o atendiendo llamadas de pacientes, como si nada pasara.

Y de buenas a primeras, me venía abajo. Lloraba.

Imaginaba cómo y cuándo volveríamos a recuperar nuestras vidas.

Veía a la gente aplaudiendo desde sus casas con esa sensación de unidad y esperanza, pero de miedo a la vez

Pensaba en la gente contagiada. En las cifras desalentadoras. Pensaba en mi familia.

En los sanitarios y demás trabajadores que no pudieron parar.

Pensaba en mi trabajo, en la crisis económica que vendría luego… Y en resumen lo que sentía era incertidumbre y descontrol.


Cómo nos ha afectado

Si esto ha valido de algo, es que a todos, cada uno en su parcelita de vida, nos ha cambiado. Y hablo en mi caso, aun estoy asumiendo este cambio.

Han cambiado rutinas. Hemos perdido la libertad. Hemos visto nuestros trabajos peligrar.

Y hemos temido por la salud nuestra, y lo peor, la de los nuestros.

Nos hemos dado cuenta cuánto necesitamos un abrazo.

Hemos conocido conceptos como confinamiento, desescalada, EPIs, y hasta somos expertos en mascarillas.

Pero hemos aprendido, quiero pensar así.

No necesitábamos que un virus nos hiciera valorar más todo lo anterior, pero así ha sido.


A mí, que me cuesta ser flexible con mis cosas y conmigo, he visto que hay cosas que escapan de nuestro control.

No es fácil cambiar por narices. De forma obligatoria. Pero pienso en todas esas personas que lo pasaron y lo pasarán peor, y hasta me siento mal quejándome.

Pero supongo que es humano quejarse.


Infinitamente agradecida…

El recibir cada semana mensajes de pacientes, fotos haciendo sus ejercicios, palabras de ánimo, queriendo saber de mí… me mantenía con motivación. Me devolvía la «jiribilla» de querer seguir, y ¡menos mal!

Las personas necesitamos de las personas.


O te adaptas, o te adaptas.

Este tiempo en casa (aunque sea por obligación) me ha hecho pensar en nuevas formas de trabajo.

Se resumen en prudencia y creatividad en partes iguales.

Más allá del acopio de guantes, gel, etc. El volver suponía un reto con mayúsculas.

Cambiar formas de trabajo, de logística, citas entre pacientes con mayor distancia, perder el miedo…

Los fisios trabajamos cerca de vosotros. Necesitamos veros, tocaros… Y no podíamos.

Sabes que parte de mi trabajo son Sesiones Grupales, que de momento quedan aplazadas.

Ahora me debo centrar en seguir aportando lo que sé a quien lo necesite, como hasta ahora, pero apoyándome en las nuevas tecnologías.

Y esto para mí ha sido como un jarro de agua helada a menos 20ºC.

No tenía en mi cabeza en ningún momento ofrecer nada en donde no pudiera veros, ni tocaros, o corregir personalmente. Pero las circunstancias mandan. Nuevamente, nos obligan a cambiar.

En estos momentos los Tratamientos en Consulta, tienen un gran complemento, el FORMATO VÍDEO. Por supuesto echando de menos y esperando a retomar las Sesiones en Grupo que tanto disfrutamos.

Espero que pronto.


¡Ánimo!

Todo esto es para decirte que cuando sientas que algo no puedes hacerlo, que no va contigo, que no es tu forma de hacer las cosas. Dale tiempo.

Antes de negarte, párate a pensar pros y contras. Piensa, ¿y por qué no?

Piensa que siempre puedes retroceder, que no es malo meter la pata.

Y sobre todo date esa oportunidad. Hasta de confundirte, si es necesario. Pero hazlo.

Yo, si te vale de algo, ahora estoy contenta de haberme visto en la necesidad y tener fuerza para seguir reinventando mi forma de trabajar.

Por que si algo sé, es que no quiero nunca acomodarme. Eso sí, no hace falta otra pandemia para darme cuenta.

Tengo claro que a veces hay que pasarlo mal para luego estar bien.

Así que aunque a corto plazo todo sea más difícil, distinto e incierto, tú y yo tenemos que Re-Comenzar poniendo la vista lejos.

Saldremos de ésta, fuertes y más humanos.

Un abrazo virtual.


 

Sé que me enrollo tela pero si te has quedado con ganas de saber más acerca de qué puedo ofrecerte, sigue el blog redes sociales…

Puedes «bichear» la web y poco a poco iré actualizando la información que hay en ella en función de los nuevos acontecimientos.

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